¿Organizar las comidas es un follón? Aquí van nuestros consejos
La alimentación en Austria es en general bastante cara. Igual que en otro tipo de artículos (ropa, entradas, …etc) la diferencia de precio respecto a España no es demasiado importante, en la comida sí que encontramos bastante diferencia. Un menú normalillo en cualquier restaurante anda sobre 15-20 euros. La bebida es también especialmente cara, pudiendo cobrarnos 3 euros por un botellín de agua fácilmente.

Uno de los aspectos que debemos tener en cuenta respecto a la comida son los horarios. Normalmente se come entre las 12 y la 1. Y se cena entre las 6:30 y las 8 de la tarde. Y eso lo tenemos que planificar. Es decir, no debemos apurar a comer al final de la mañana porque entonces corremos el riesgo de no encontrar ningún sitio que nos de de comer. Son bastante estrictos con los horarios y cierran cuando pasa la hora normal de comer. Nuestro consejo es que, si vais en bici y son más de las 12 paréis a comer en el primer lugar que encontréis y que os guste, sin intentar apurar más kilómetros (nosotros casi nos quedamos un día sin comer por querer apurar un poco). A lo largo de ruta ciclista hay abundantes sitios para comer, tanto en los pueblecitos por los que pasamos como incluso a pie de la ruta ciclista. Pero claro, no sabes dónde vamos a encontrar el siguiente.
Otra opción (que nosotros terminamos por adoptar porque era mucho más práctica, barata y nos permitía más independencia de horarios) es comprar en el supermercado cada día algo para comer. El supermercado es también mucho más caro que en España, pero resulta mucho más económico que un restaurante. Nosotros terminamos haciendo el desayuno y la cena en el hotel y bastante potentes y comiendo al medio día algo que comprábamos. Solíamos comprar pan (que hay muchas variedades y lo hacen muy bueno) y queso para hacer un bocata, o unos huevos ya cocidos que hay en todos los supermercados, o… es cuestión de echarle imaginación. No tienen los embutidos tan ricos que tenemos aquí, pero tienen cosas curiosas. Además, si optáis por esta opción, encontraréis a lo largo del camino bastantes bancos y zonas verdes donde podéis sentaros tranquilamente y comer, e incluso en la entrada de muchos pueblos hay fuentes con agua potable. Aquí lo único a tener en cuenta es que salga el día bueno y no nos llueva.
Si vamos a comer de restaurante tenemos que tener en cuenta que hay muchos en los que los camareros sólo hablan alemán. No obstante, veremos ya en los letreros que muchos sitios tienen la carta también en inglés o con fotos para saber qué es lo que pedimos.
Si vamos a comer de menú tenemos que enterarnos al mirar el precio si la bebida va incluida o no, ya que en algunos sitios no va incluida y el precio se dispara un poco luego. En algunos sitios nos ofrecerán agua en jarra (y no la cobran) pero en otros no nos ofrecerán esa posibilidad.


Si comemos de menú es fácil que nos ofrezcan el menú más típico de allí. Normalmente empiezan con un cuenco de sopa o de alguna crema (calabaza, puerro, … ¡tienen mil tipos de cremas!, todas muy ricas) como entrante. El plato principal que más veces nos ofrecerán será un plato que contiene verduras, patatas, y un trozo de carne de cerdo con salsa (o posibles variantes de este cambiando el tipo de carne, cambiándola por pescado o poniendo diferentes verduras que acompañan). Y luego un postre, como yogourt, tarta, etc. Aparte, en muchos sitios tienen bastante variedad, pero este menú que os comento es el que más veces se repite, sobre todo en los pueblecitos que tienen los restaurantes la comida más tradicional.
En las ciudades más grandes (como Linz o Viena) tendremos mucha más variedad de restaurantes. En Viena es donde casualmente más barato nos puede resultar comer, ya que hay mucha más competencia y hay sitios de comida rápida y barata donde está todo bastante bueno.
Respecto al desayuno, nosotros cogimos todos los días el desayuno de buffet que nos ofrecían los diferentes hoteles en los que estuvimos. En todos iba variando un poco la comida que ofrecían en los buffet, pero había cosas que se mantenían: huevos revueltos o cocidos, bacon, salchichas, jamón de york o embutidos similares, queso, yogourt (para servir a cazos en un bol), leche, cereales, pan de varios tipos y mermelada, café, algo de fruta … Estos desayunos tan potentes y variados nos permitían coger fuerzas para todo el día, y aguantar con el almuerzo hasta la cena que la hacíamos también potente.
Durante la ruta en bici también solíamos llevar bastantes cosas para picar en los descansos: galletas, chocolate, bollería… de todas estas cosas hay bastante variedad en los supermercados austriacos, más aún que en los españoles.
Nosotros en general nos apañamos bastante bien para comer en toda la ruta, comiendo cosas ricas todos los días y que nos permitían recuperar fuerzas. Los primeros días es verdad que nos costó adaptarnos a los horarios (¿cómo aguantarán sin comer nada desde las 7 de la tarde hasta la mañana siguiente?), pero una vez que nos adaptamos ya todo nos resultó muy bueno. También, por no saber alemán, nos tocó comer a ciegas un par de veces, señalando en la carta cualquier cosa y esperando a ver qué nos traían, pero en la mayoría de los sitios con el inglés nos apañamos muy bien.
A este artículo acompañan las fotos del plato principal típico (cerdo y verduras con una salsa) y uno de los entrantes más curiosos que nos sirvieron, que era como una especie de consomé con una bola de pasta.
Estoy organizando este viaje por el danubio y me surge la duda de si contratar a una agencia tipo Teetravel que se ocupan de todo o hacerlo a mi aire. Alguna recomendación?
¡Hola!
pues depende… con las agencias normalmente se encargan de reservarte los hoteles y el alquiler de bicis, pero luego el viaje lo haces a tu aire. La ventaja es que ellos se ocupan de eso, la desventaja es que te sale más caro, y que no controlas dónde está cada hotel (algunos con los que trabajan las agencias están más alejados de la ruta y te tienes que desviar unos pocos kilómetros). Al darte un pack a veces te meten algún hotel un poco más distante y no lo controlas de primera mano. Aun así, suelen trabajar bien y es un trabajo menos que tienes que hacer.
Depende de lo que busques, si prefieres la comodidad de no tener que organizarlo todo y planificarlo o si prefieres controlar en todo momento qué es lo que reservas exactamente. Nosotros hicimos esta ruta de ambas formas y no sabría decirte cuál es mejor (en cada momento buscábamos una cosa diferente). En ambos casos quedamos muy contentos.
Siento no poder ayudarte mucho más
Un saludo